Humedecer bien los puntos a lubricar, de funcionamiento pesado u oxidados. Dejar que se seque el producto. Dejar actuar dependiendo del grado de atascamiento y profundidad de penetración. Repetir el procedimiento si fuese necesario. Golpear ligeramente el punto correspondiente para facilitar el proceso de disolución. Mezclar únicamente con lubricantes adecuados.